viernes, 24 de abril de 2015

¿Como entendemos la globalizacion en El Salvador

El término globalización es utilizado en distintos sentidos e interpretaciones, aunque pueden mencionarse elementos comunes a todas las versiones. La globalización no es un fenómeno nuevo, sino la intensificación de las transacciones transversales que hasta ahora se incluían en la llamada internacionalización. Hay acuerdo en que el núcleo globalizador es tecnológico y económico, abarcando las áreas de finanzas, comercio, producción, servicios e información. Un tercer elemento común a las versiones de la globalización consiste en la convicción de que cualquier intento de desacoplarse de este proceso está condenado al fracaso. Sin embargo, como lo demuestran las experiencias nacionales de apertura exitosa, de ello no se desprende que el Estado deba desvincularse del control sobre la vida económica.

En nuestro país la globalización nos afecta de manera negativa ya que pertenecemos al tercer mundo y no tenemos nada que ofrecerles a las grandes potencias ya que nuestra identidad debería de ser propia y nuestra cultura no debería de imitar a otras ni venderse ni mucho menos intercambiarla por otras costumbres extranjeras.

En nuestro país entendemos la globalización como un intercambio equivalente de naciones pero no podemos salir de ese hueco en el que estamos porque estamos muy lejos de alcanzar a las grandes potencias, El Salvador puede estar incluido en la globalización pero bien, quizás no seamos el llamar de atención adentro de ello si no que solo podemos ser utilizados como un puente para poder transmitir identidad y cultura.




Imaginar el nuevo modelo nos servirá para avanzar hacia él. ¿Cómo será un nuevo mundo, ecológica y socialmente sostenible?


Una economía material mucho más local
El gasto energético en transporte del actual modelo es insostenible. La alternativa, que la mayor parte de bienes y servicios consumidos en una determinada región sean producidos dentro de la misma.


Una alimentación más sana
Alimentos ecológicos y cercanos al consumidor. El consumo de carne y pescado deberá reducirse, ya que actualmente está a niveles insostenibles. Desde un punto de vista energético, nutricional y económico, es mucho más eficiente tener una alimentación principalmente vegetariana.


Poner los valores por delante de los precios
¿Realmente vale la pena pagar menos sin importarnos quién sufra las consecuencias en forma de salarios de miseria, contaminación...? En Estados Unidos y Europa el sufrimiento sicológico está ya a niveles epidémicos. Necesitamos una economía que ponga la ética por encima del dinero. Quizás la espiritualidad y los afectos tengan mucho que aportar a este respecto.
Una economía pacífica
Si el mundo apuesta por la paz, ello cambiaría completamente la estructura económica. El petróleo sería más caro si no se invadieran países para obtenerlo barato. La selva no podría destruirse para convertirla en pastos si los paramilitares no aterrorizaran a los indígenas que alli viven. Un mundo en paz es un mundo consciente.

Una economía 100% renovable
Hemos causado ya un daño considerable a la biosfera y a los recursos naturales que son patrimonio de las generaciones futuras. Debemos corregir el rumbo y empezar a vivir de forma 100% renovable.


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